sábado, 6 de junio de 2020

El color de las velas

Amarillo.
 
Se utiliza el amarillo para favorecer el nacimiento de sentimientos como  el optimismo y la curiosidad con respecto a todo aquello que es nuevo, que todavía no existe, que está por inventar, para reforzar la esperanza en el futuro y para  que no se desvanezca la confianza en la felicidad futura si estamos viviendo un  momento malo o un conflicto interior del cual debemos liberarnos para proseguir  el camino de la evolución. 
El amarillo es útil para reforzar la energía psíquica de las personas, curar una voluntad débil, sacar a alguien de embrollos y manipulaciones, reforzar la auto disciplina, superar las dificultades con las que podemos  tropezarnos en la realización de algo que nos hemos propuesto, superar una autoestima pobre, una frialdad emotiva o física hacia personas próximas a nosotros  o un exceso de agresividad; para reforzar la resistencia a los ataques de ira, las  explosiones de violencia y el furor ciego que aturde.

 Con respecto a la salud, el  amarillo se utiliza para el cuidado del aparato digestivo y las dolencias de estómago, hígado y páncreas, contra los cálculos y las úlceras, y en caso de digestiones difíciles e hipertensión.
 Además, el amarillo realiza una acción estimulante  sobre el sistema nervioso central y ayuda a reforzar la capacidad intelectual y perceptiva, tanto nuestra como ajena.  
El amarillo es el color originario de la cera de las abejas. 
 La vela amarilla suele utilizarse en rituales relacionados con los aspectos materiales de la vida (el trabajo, la remuneración económica, los intercambios comerciales). Ejerce además una influencia especial sobre el humor de las personas y se  usa para curar trastornos como la depresión





Azul celeste.


El uso de este color es de fundamental importancia para favorecer la  reconciliación, sobre todo después de peleas familiares, la estabilidad en las relaciones de colaboración y amistad, y la solidez de los vínculos afectivos duraderos.  
El color azul despierta la sensibilidad de las personas, las ganas de vivir y la visión  positiva de la realidad.  
Se utiliza en los rituales cuando se quiere alcanzar una mayor elevación  espiritual, para evocar a las entidades hechizadas de las aguas y para alejar los fantasmas y las pesadillas. Cuando se utiliza como color de apoyo en un ritual, confiere fuerza y estabilidad a lo que se está a punto de llevar a cabo.  

 
Azul marino.
 
Se usa el color azul marino para acceder al camino de la luz y resolver  conflictos interpersonales, sobre todo en el reducido ámbito familiar, donde puede  ayudar a eliminar las mentiras, la violencia verbal, la crítica continua y excesiva por  parte de personas mayores o padres demasiado autoritarios y cerrados con respecto a las ideas de los más jóvenes. El azul oscuro sirve también para acallar  chismes y rumores.  Se utiliza este color para la curación de las personas muy tímidas e introvertidas,  para ayudar a los tartamudos y en todos los trastornos relacionados con la garganta, los oídos, la voz y la boca. 
Según algunos, se pueden usar también velas  azul marino para prevenir enfermedades degenerativas del cerebro.  Se usa este color en los rituales de protección, para obtener el apoyo de personas influyentes e importantes a la hora de conseguir algo que deseemos mucho,  para lograr contactos provechosos y hacer amistades prestigiosas. Los sentimientos asociados al color azul oscuro son la lealtad, el honor, la protección del  propio nombre y el impulso altruista. 
  


Blanco.

En magia se usa el blanco para purificar, exorcizar o sustituir algún otro  color no disponible en ese momento. Se utiliza en los rituales de adivinación, en  cualquier tipo de exorcismo, para estimular la clarividencia o para reforzar la  espiritualidad de las personas por las que se actúa. 
Este color está muy ligado a los  aspectos más personales e íntimos de las personas, como la belleza interior y la  pureza del corazón, la sensibilidad espiritual, la capacidad de imaginación y la  creatividad. Se usa en particular en los rituales de protección, en aspectos relacionados con los niños y los ancianos y en temas de salud para tratar enfermedades  de los huesos y del pecho. 
Es útil en los rituales sobre la gestación, el nacimiento y  la lactancia, como protección y curación.  
Por otra parte, el blanco se utiliza mucho como color devocional; de hecho, las  velas de este color son llamadas puras o neutras y se utilizan sobre todo como  ofrendas de agradecimiento. 


  Dorado.

 El color del oro está estrechamente vinculado al simbolismo del sol. 
En  magia se utiliza este color en los rituales destinados a atraer sobre el solicitante  bienestar material, prosperidad y riqueza, pero también energía positiva y la energía de las fuerzas cósmicas para una curación o la solución de un gran conflicto.   





Marrón.

Es el color de la tierra y simboliza todo lo relacionado con la mujer, con la  fertilidad, y con el sentido práctico y de solidez. 
Es el color más utilizado con respecto a las cuestiones materiales vinculadas al trabajo manual o a la producción  agrícola.  
Es adoptado en rituales en los que es necesario hacer aterrizar en el mundo  material a quien tiende a estar demasiado en las nubes, a quien tiene una visión del  mundo demasiado idealizada, romántica, poética y muy poco realista, a quien no  logra integrarse en el ambiente donde vive, a quien no tiene una buena relación  con su madre, con las mujeres de la familia, o a quien no se relaciona bien con su  parte femenina y tiende entonces a desarrollar comportamientos agresivos e intolerantes. 


 


Naranja.

Estimula la acción, promueve la independencia y la confianza en uno  mismo, libera de los miedos, disminuye el complejo por frustraciones, favorece la  superación de las inhibiciones y libera de los condicionamientos; asimismo, es eficaz en caso de padecer depresión, poca vitalidad y escasa energía.  
Se utiliza la vela naranja en magia cuando se quieren obtener cambios significativos en la psique: aumentar la capacidad de sentirse satisfecho y comprender la  propia valía, desarrollar la inteligencia emotiva y la capacidad de experimentar el  placer sin ceder a los sentimientos de culpa, perfeccionar la facultad de atenderse  a uno mismo y a los demás, cambiar la actitud con respecto a la realidad, mejorar  la capacidad de experimentar nuevas sensaciones y alcanzar otros conocimientos.  
Se utiliza el naranja sobre todo para atenuar y eliminar los sentimientos de culpa  cuando son inútiles y paralizantes, para hacer llegar a la conciencia traumas y violencias sufridas en el pasado, para curar las heridas del alma debidas a abusos  sexuales y emotivos o a engaños y traiciones soportados, para superar el sentido  de abandono y de desolación, para vencer la frialdad excesiva con la pareja, para  atenuar el rigor moral o religioso excesivo y para ayudar a personas con problemas  de alcoholismo y miedo al sexo. 
Es también muy importante en las situaciones de  conflictos familiares internos, cuando nos enfrentamos a verdaderos desafíos  generacionales. 


  Negro.
 
Es el color de lo desconocido, lo misterioso, lo oculto e incluso de lo que  está pero no se conoce y, por consiguiente, se busca, se descubre y sale a la luz.  Este color suele ser utilizado para neutralizar calumnias y maldades. El negro  puede absorber la negatividad presente en una persona o en un ambiente, y es un  medio poderoso para purificar lugares e individuos.  
En las ceremonias importantes es conveniente que estén presentes tanto el blanco como el negro, a fin de subrayar la dualidad del universo; además, una vela  blanca y una negra sirven de guía para orientarnos en las tinieblas de la ignorancia.
 
  


Plateado.


El color plateado se utiliza para aumentar la propia visión interior y la  capacidad para ver en el corazón de las personas, para favorecer la clarividencia y  para los asuntos femeninos relacionados con la salud y la afectividad. Este color  tiene el poder de neutralizar los efectos negativos de conjuros y rituales (los llamados efectos bumerán); se usa además para solicitar y atraer la protección divina  y favorece la propia espiritualidad, en un nivel no demasiado alto de elevación interior. 
El plateado sirve para que las personas se vuelvan más estables y fuertes en el  plano espiritual, favorece la concentración y ayuda en la búsqueda de la verdad,  además de reforzar y estabilizar la fe.  En magia se utilizan las velas plateadas para entrar en contacto con entidades espirituales femeninas, sobre todo con las hadas, pero también para evocar santos y  poderes angélicos, principalmente en aquellos rituales donde se pide ayuda en el  camino iniciático, para dar una nueva fuerza a la evolución interior y mayor energía  para alcanzar unos objetivos cada vez más elevados. 


  Rojo.

 En magia el rojo simboliza la energía combativa, la fuerza vital, y se vincula al  deseo de obtener rápidamente resultados prácticos, el éxito y la victoria o la resolución de un problema. Este color transmite también la necesidad de hallarse en  situaciones que puedan ofrecer emociones intensas como poder, victoria, conquista, lucha y competición. 
 Se trabaja con el rojo para resolver problemas de salud, reforzar la vitalidad, ayudar a quien no se siente a gusto consigo mismo o con los otros, aumentar la con-  fianza en las propias posibilidades, reforzar la seguridad en uno mismo y en la  propia valía, y también para reaccionar ante una situación insatisfactoria y penosa.  
Este color simboliza el amor sexual, el erotismo y el deseo de conquista. 
El rojo se  utiliza mucho en rituales oficiados para obtener, reforzar o reavivar el amor y la pasión, ahuyentar enemigos conocidos u ocultos, recargar energéticamente a alguien  que ha padecido intervenciones quirúrgicas o enfermedades graves y para alcanzar  el propio equilibrio psicofísico. 


  Rosa.

En magia el rosa influye en las emociones y se relaciona con todas las manifestaciones positivas de carácter afectivo, ya se trate de una pareja, de amigos o de  parientes. De hecho, el rosa se utiliza para reconciliar a personas peleadas, estabilizar relaciones que están en crisis, generar estima y comprensión entre los miembros de una pareja, suavizar los rasgos desagradables del carácter de una persona,  calmar los espíritus inquietos y las personalidades violentas.  
Además de la afectividad, el rosa simboliza también el espíritu de sacrificio, la  contemplación, la mística, la libertad del pensamiento que tiende a lo divino, el re-  nacimiento y el logro de la perfección espiritual. 


   Verde.
El verde es el color más difundido en la tierra, simboliza la generosidad y el  don de ofrecer, los buenos sentimientos y la búsqueda del equilibrio en la relación  con los demás, sobre todo con la pareja.  En magia se utiliza el verde para suavizar el orgullo excesivo, confortar, anular la  ausencia de percepción de la propia identidad o valía y reforzar la autoestima. 
Este  color tiene una profunda influencia en el sistema nervioso; por consiguiente, ayuda  a encontrar el equilibrio, el amor justo por uno mismo que no derive en egoísmo,  la capacidad de relacionarse con los otros y de dejarse llevar a la intimidad, la  capacidad de amar, el altruismo y la dedicación a los otros.
  Se utiliza el verde para ayudar a las personas demasiado cerradas, frías, asociales  y críticas, para combatir el sentido de aislamiento y depresión, superar el miedo al  encuentro con el otro y a la relación sentimental y neutralizar los efectos devastadores de los celos. 
En magia también se utiliza el verde en todos aquellos rituales donde se piden mejoras económicas, suerte, prosperidad, productividad de los  campos y abundancia en las ventas o en las transacciones comerciales. 

  

Violeta.


En magia se usa el color violeta para aumentar la capacidad de percepción,  tanto la propia como la ajena, es decir, la capacidad de conciencia y análisis;  también se emplea en el desarrollo de la visión interior y en la búsqueda del espíritu guía, y para desarrollar la inteligencia, aumentar la capacidad de reflexión y  de introspección, alcanzar el conocimiento de la propia valía y del propio poder,  favorecer la apertura mental y seguir el sendero que lleva a la sabiduría. 
De hecho,  este color se utiliza sobre todo en los rituales que se relacionan con nosotros mismos, con nuestra orientación y nuestra búsqueda espiritual, pero también para  apaciguar estados de ánimo violentos y ataques de rabia y furor, así como para  desarrollar la sensibilidad con respecto al universo espiritual, ayudar a quienes les  cuesta distinguir entre la realidad y la imaginación, y a quienes sufren de inseguridad emotiva y excesivo apego a la familia de origen. 
 El violeta tiene también mucha fuerza para alejar pensamientos recurrentes relativos al plano espiritual (por ejemplo, cuando uno cree ser perseguido por fantasmas), en caso de confusión moral o en estados de disociación. 


fuente: internet

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